La
proclamación de San Juan de Ávila como nuevo doctor de la Iglesia va a
desencadenar en los próximos meses una sucesión de celebraciones entre las que
destaca la procesión con la imagen de San Rafael, que irá desde el templo del
Juramento hasta la Catedral, con parada en San Pedro, para presidir la solemne
apertura del Año de la Fe. Así lo anunció ayer el obispo, Demetrio Fernández,
quien explicó que este Año de la Fe coincidirá con el Año Jubilar de San Juan de
Ávila concedido por Benedicto XVI y que arrancará días después de los fastos del
Vaticano.
El
prelado cordobés explicó que para la Diócesis de Córdoba "es una alegría inmensa
este gran acontecimiento". El acto que tendrá lugar el 7 de octubre en la
basílica de San Pedro es el final de un largo camino que incluye a San Juan de
Ávila en un selecto grupo del que sólo forman parte 33 santos de todos los
tiempos. Hasta ahora sólo había tres españoles: San Isidoro, Santa Teresa de
Jesús y San Juan de la Cruz. Para Fernández, con este reconocimiento se resalta
que "su doctrina eminente sobresale y que su influjo es universal".
Otro
de los actos que se celebrarán con motivo del doctorado es la consagración de la
iglesia de la Anunciación como basílica pontificia. Tendrá lugar a finales de
junio o a principios de julio y consistirá en una solemne ceremonia presidida
por el cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto
Divino, por ser el lugar que alberga los restos del santo.
Aunque
nacido en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), San Juan de Ávila vivió buena parte
de su vida en Córdoba, más concretamente en Montilla. Desde esta localidad se
convirtió en "maestro de santos", como Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San
Ignacio de Loyola, San Juan de Dios, San Juan de Ribera, San Pedro de Alcántara,
Santo Tomás de Villanueva o San Francisco de Borja. Demetrio Fernández añadió
que tuvo una gran influencia también en la Escuela Sacerdotal Francesa y en otro
santos posteriores, como San Francisco de Sales, San Juan Bosco, San Antonio
María Claret o San Juan María Vianney, entre otros.
Esta
circunstancia hace que la proyección de San Juan de Ávila sea universal y
Montilla se convierta en un foco de peregrinación. El rector de la iglesia de la
Anunciación, José Almedina, explicó que a partir de ahora se multiplicará el
número de visitantes, porque "este año jubilar va a dar una dimensión
internacional a este flujo de personas que vienen a Montilla" y que irá
creciendo conforme pase el tiempo. Como ejemplo señaló que la casa en que murió
el santo tuvo en 2010 un millar de visitas, que se duplicaron al año siguiente
"y en lo que llevamos de año ya se han sobrepasado".
El
delegado diocesano de peregrinaciones, Carlos Linares, explicó que desde el
pasado lunes están cerrando un viaje para que en principio acudan 150 cordobeses
a los actos que tendrán lugar en Roma en otoño. Detalló que la salida será el 5
de octubre y que al día siguiente se participará en la vigilia preparatoria. El
día 7 se asistirá a la ceremonia presidida por Benedicto XVI y se regresará a
Córdoba el lunes por la noche después de asistir a una misa de acción de
gracias.
Con
motivo de la proclamación de San Juan de Ávila como doctor de la Iglesia,
cambiará su rango en el calendario litúrgico universal, puesto que hasta ahora
es una memoria local y pasará a ser fiesta "que se celebrará en todo el mundo,
de Japón a Chile".
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