No
cabe imaginar un espectáculo más hermoso que ver convertido el cielo en jardín y
el suelo en cielo, las calles de Córdoba parecían un inmenso tapiz repleto de
las flores más bellas que parecían caer con la delicadeza de quienes no quieren
ocultar la Belleza más soberana de la FLOR DEL CARMELO. Y aunque todas las
flores llevaban la belleza que les ha regalado su Creador, ninguna puede
competir con el rostro de la Obra Maestra de la Creación, la Flor más radiante
salida de las Manos del Padre.
Porque
fue la Córdoba de la belleza oculta de sus patios de flores la que esa tarde del
día 12 de Mayo quiso salir a la calle para rendir pleitesía a la Flor más
exhuberante, la que irradiaba con el aroma de su grandeza la ternura de su
mirada y desplegaba bajo su capa blanca la protección y la misericordia para
todos sus hijos. Córdoba de patios engalanados hecha ofrenda de acción de
gracias a la Madre del Carmen, Emperatriz Cordobesa de ojos hermosos en cuyas
pupilas podemos mirarnos y encontrarnos todos.
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