La pieza tiene diseño de Jesús de Julián, autor a su vez del dibujo del palio y las bambalinas que salieron por primera vez el Miércoles Santo de 2012. La ha cincelado el cordobés Emilio León en plata en su color con brillantería fina. El hermano mayor, Manuel Quirós, destacó la «originalidad y elegancia» de la pieza, que destaca por su carácter de levedad. La donó un hermano de la cofradía.
El canasto, la parte que se asienta en las sienes de la imagen, no es excesivamente voluminoso y deja un espacio libre con la ráfaga, con lo que acentúa la sensación de poco peso estético y visual. Los imperiales tienen menos vuelo que el de otras piezas de este tipo y están coronados por una jarra floral. En la base del canasto figura el escudo de la corporación del Miércoles Santo. Más singular es la ráfaga, en cuyo contorno exterior se sitúan las doce estrellas con ocho puntas que aluden a la visión del Apocalipsis.
La ráfaga está formada por profusos motivos vegetales y en el hueco que queda entre las grandes estrellas figuran otras más pequeñas. Diez están en el exterior de la pieza, mientras que otras seis, siempre con el carácter simétrico de la pieza, están en el interior, entre la ráfaga y los imperiales. Hacia el interior también destaca la presencia de una serie de guirnaldas vegetales, muy clásicas en la iconografía cristiana tradicional.
Como es habitual en este tipo de piezas, está coronada por una cruz, bajo la cual se sitúa una esfera y a modo de base, dos arcángeles sostienen un medallón con la Coronación de la Virgen.
La corona se impondrá a la imagen el 27 de enero durante la función principal que comenzará a las 12.30 horas en la iglesia de Capuchinos, y que culminará el triduo que se celebrará entre el jueves 24 y el sábado 26 a las 19.30 con motivo de su festividad.
La imagen estrenará además puñal a juego con esta pieza, también en plata en su color y con pedrería y obra de Emilio León con diseño de Jesús de Julián.
Completarán el conjunto tres pequeños broches de oro blanco y agua marina y un rosario elaborado a partir de un collar de perlas cultivadas.
María Santísima de la Paz y Esperanza tenía hasta ahora dos coronas. La más habitual hasta hace pocos años era una de plata dorada, que se dejó de usar en 2009, cuando el estreno del manto bordado en plata hizo aconsejable emplear el tono blanco también para la orfebrería. Sí era habitual de los besamanos. A partir de entonces se recuperó una de Kiernan, de estilo antiguo, que dejará su sitio a la nueva pieza.
Fuente: ABC Córdoba
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